Presentación

Hasta ahora me habia dedicado a escribir sobre los conciertos a los que acudia. Alguna vez he sentido la necesidad de escribir, casi siempre sobre música, pero sin hacer referencia a ningun concierto, sino simplemente sobre lo que pienso o siento respecto a algunos temas y hoy me he dado cuenta de que lo que tenia que hacer era crear un nuevo blog para estas cuestiones.
Aqui iré dejando caer mis reflexiones, mas o menos serias - intentare que sean poco serias - sobre cualquier tema del que se me ocurra escribir, sea musical o no.

sábado, 30 de noviembre de 2013

One day i´ll fly away, Larry


Hay ocasiones en las que conectas con las personas y las razones son desconocidas. Y uno no suele pensarlo detenidamente hasta que un día esa persona, de repente, desaparece. Y esa conexión no tiene nada que ver con la cercanía, ni con la asiduidad con la que coincidas con esa persona. Si hay conexión, esa simplemente esta ahí...en el aire y se mantiene. Hace ya unos años Larry Martin me dijo un día, chateando
En febrero de 2007, en los camerinos del desaparecido
Calle 54, tras ir a ver una actuación de su banda, con
Enrique, Chipo Martinez, Diego Cruz y algunos amigos mas.
por internet, "Ramón, lástima que estemos tan lejos, porque si vivieses en Madrid seguro que haríamos muchas cosas juntos". Que un músico del calibre de Larry te diga eso, ya de por si tiene un valor incalculable. Y ese día pensé que esa distancia, a veces tan insalvable, que hay entre mi aún aislada Almería y la cosmopolita Madrid, no iba a ser óbice para coincidir en algún proyecto con él. Y ese momento había llegado, pues hace unos meses, tras enviarle unas maquetas y escucharlas, el bueno de Larry me dijo que sí, que le apetecía mucho bajarse a Granada unos días y grabar con nosotros. Esa batería ahora tendrá que ser tocada por otro gran músico pero, de alguna forma, Larry estará ahí. Muchos quizás no sabréis de quien hablo, porque el mundo del jazz - al contrario de otras músicas - tiene estas paradojas. Puedes estar hablando de alguien de una gran trayectoria y nivel, y la inmensa mayoría de la gente no lo conocerá. Hacer ahora historia parece obligatorio, aunque no debería ser necesario. Todo el mundo debería haber disfrutado de este gran músico, que se inició en bandas como Canarios, o aquellos "Guadalquivir" del rock andaluz.
En agosto de 2008, con Lito Vergara y Trini, en la casa
de Chipo Martinez
Después de tocar con media España, en los últimos años formo su propia banda, la "Larry Martin Band", donde emulando al legendario Art Blakey, con sus Jazz Messenguers, fue dando oportunidades a grandes músicos que se han formado en sus filas, para luego emprender otros proyectos mas personales, como Moisés Sánchez o Yoio Cuesta. Otros han permanecido junto a él desde el principio de la banda, como Enrique y Richie, sus compinches de la LMB, que imagino estarán destrozados en estos momentos. La casualidad hizo que coincidiésemos en muchas ocasiones, y que tuviese la enorme suerte de poder compartir escenario con él en algunas. Todavía recuerdo la tarde en la que llegamos al San Juan Evangelista, el "Johnny" y observé que en el asiento de su coche tenía un libro sobre la vida de Bill Evans. En la prueba de sonido le comenté que era mi pianista favorito, y nuevamente surgió la conexión, porque me confesó que para el también. Fue uno de los primeros en apoyar mi proyecto de La taberna del piano ofreciéndose, tras escuchar las primeras maquetas, a colaborar como batería si lo hacíamos por Madrid. No pudo ser, pero nuevamente pensé "ya habrá más ocasiones", sin saber cuan errado estaba. En los últimos años nuestro contacto fue más telefónico y cibernético, y tras una racha en la que no lo veía nunca conectado, me enteré de su enfermedad.
Agosto de 2008, menudo placer tocar con Richie, Larry y Yoio.
Tremendo recuerdo de esa fiesta veraniega en la
casa de Chipo Martinez. Muchos músicos por metro cuadrado.
En un primer envite, salió adelante, y mi alegría fue inmensa cuando me dijo que reiniciaba los conciertos, y vi las primeras fotos en el "Populart", de nuevo con su banda, disfrutando de lo que más le gustaba, la música. Justo ahí empezamos a planear la grabación, porque en ese momento se le notaban unas tremendas ganas de tocar y de vivir - para un músico ambos términos son idénticos. Todo ha ido muy rápido, sobre todo para los que estábamos lejos, porque supongo que para su familia y sus amigos más cercanos, ver como se iban agotando las posibilidades habrá sido muy triste y tortuoso. Cuando esta mañana me han comunicado su desaparición, aunque estaba al tanto de su crítico estado en las últimas semanas, no terminaba de creerlo. Tiempos modernos estos en los que el tradicional libro de condolencias ha sido sustituido por el muro de Facebook, pero quizás a la manera tradicional no habría podido verse cuanto cariño hay repartido por España hacia este amigo.
Diciembre, de 2008, en los camerinos del Johnny, en uno
de los dias mas especiales de mi vida musical. Alli estaba Larry,
con Diego, Chipo, Ruben, Paco y Jorge.
Raro es el músico de jazz, de rock o de pop, que no había oído hablar de Larry, o que no se había cruzado con él en algún momento. Y raro será que alguien no tenga algún buen recuerdo de ese encuentro. En mi caso, por supuesto siempre fueron buenos, y siempre aprendí y disfruté, tocando con el - desgraciadamente, pocas veces - o simplemente charlando. Mi pequeño granito de arena lo pongo aquí, en mi blog, por si puede leerlo allá donde esté, o sencillamente para dejar constancia de mi tremendo cariño y admiración por él. Algún día nos reencontraremos..y volveremos a tocar juntos... One day I´ll fly away, amigo Larry.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Con los ojos muy abiertos: La historia de Juan Carrion

Mis impresiones sobre "Vivir es fácil con los ojos cerrados", la nueva película de David Trueba.  

Hace ya bastantes años mi amigo Chipo Martínez me contó algunas historias vividas en primera persona, sobre sus recuerdos de la estancia de John Lennon en mi ciudad, Almería, allá por el año 1966. Curioso momento el que eligió Lennon para aterrizar en mi tierra, porque coincidió con otro hecho importante para mí en esas fechas: mi propio nacimiento, en agosto de ese año. Quizás por esa circunstancia no pude acompañar a mi amigo Chipo – que en esa época era ya todo un mozalbete, admirador de los Beatles y amante de la música, pasión que hasta la fecha no ha abandonado – a fisgonear por entre los muros del hostal donde se alojaba, en el barrio de El Zapillo, junto a las playas de la capital, ni pude estar junto a él cuando “espiaba” una conversación telefónica entre Lennon y, posiblemente, Brian Epstein, intentando no hacer ruido en el auricular, para no buscar problemas a su amiga telefonista.

Esas pequeñas historias me gustan, lo reconozco, y disfruto escuchándolas contar a los protagonistas, sobre todo si para ellos han sido importantes y han marcado un poco su vida. La felicidad – y la vida, diría yo - se va conformando con esas hazañas personales y las de mi amigo Chipo darían – y espero que así sea – para varios libros.

Encuentro del profesor Juan Carrión - el protagonista real de "Vivir
es facil" - con Cynthia Lennon, en el Curso UAL The Beatles
realizado en Almería en julio de 2006
Por eso cuando hace unos años, durante un curso de verano de la Universidad de Almería, quedé fascinado cuando pude escuchar directamente de boca del protagonista su historia, la historia de Juan Carrión, el profesor de inglés de Cartagena, cuyo método para enseñar a sus alumnos se basaba en usar las letras de las canciones de los Beatles, y que se embarcó en su pequeña aventura para localizar a Lennon en Almería. Su objetivo: pedirle que rellenase los huecos en las letras de las canciones Beatle que el anotaba en su cuaderno pacientemente, escuchando las canciones por Radio Luxemburgo y rogarle que en el futuro incluyese las letras en los discos. La aventura daba para mucho y la persona de Juan Carrión también, ya bastante mayor en ese 2006, pero con una simpatía y vitalidad que daba sana envidia a todos los “beatlemanos” que allí nos dimos cita. En mi vida también ha habido curiosas anécdotas relacionadas con el mundo “beatle”, como la de la noche en que Noel Charles, el último marido de Cynthia Lennon - fallecido recientemente, por cierto - acudió a una actuación del cuarteto de jazz en el que yo tocaba, y nos preguntó, a través de su intérprete, que cantidad queríamos cobrar por seguir tocando un rato mas para él. O el hecho de haber tenido el privilegio de tocar, con la banda “Beatles Fan” en el año 2011, la canción “Strawberry fields forever” en el Museo del Cine, antigua finca Santa Isabel, precisamente el mismo lugar donde Lennon la compuso. Son pequeñas historias que para el resto del mundo pueden no tener importancia, pero que a los “beatlemanos” nos dan ratitos de satisfacción.

Así que cuando llego a mis oídos que la historia de Juan Carrión, que tan hábilmente y con tanto tesón había descubierto y difundido en la prensa local – y nacional después - el periodista Adolfo Iglesias, iba a ser llevada al cine por David Trueba, pensé que por nada del mundo me iba a perder yo esa película en cuanto estuviese en los cines. Y ese día llegó ayer. No escribo aquí para hacer una crítica sesuda de la película. Yo no entiendo tanto de cine, ni me suele gustar hacer críticas, sino crónicas de lo que me acontece, que para eso tengo este blog. Por eso no voy a entrar en esas valoraciones, sino contar mis sensaciones. Y la sensación principal fue la de la familiaridad. La película me transmitió, por desarrollarse casi todo su metraje en mi ciudad, en mi provincia, en Almería, un sentimiento de afinidad, de cercanía, de encontrar muchas coincidencias entre lo que se veía, y algunos recuerdos de mi infancia.
Concierto con mi banda "Beatles Fan" el 9-9-2011, en el Museo del Cine
de Almeria, en la finca Santa Isabel, donde Lennon compuso
"Strawberry fields forever", durante su estancia en Almería.
Abajo, a la derecha, el periodista Adolfo Iglesias

Puede que algunos digan que se exagera un poco el ambiente de esa Almería provinciana y atrasada, oscura en ocasiones, pese a su eterna luminosidad. Yo creo honestamente que no está tan lejos de la realidad de esa época, de la que pillé algún coletazo. Quizás esa pobreza y esa incultura que se deja ver en algunos personajes no estuviese muy presente en la capital, pero si en los pueblos de la provincia. Tengo muchas películas familiares en Super-8 de épocas muy cercanas en el tiempo, donde se pueden observar personas con aspectos muy similares a las de los personajes de la película. La forma de hablar, a la que mi mujer denomina jocosamente “almeriano”, que nada tiene que ver con los acentos gaditanos, sevillanos o malagueños, está bastante bien conseguida con algunos de los personajes secundarios. De hecho, todavía hoy en día hay zonas en Almería donde hasta a mi me cuesta entender a algunos paisanos.

Me parece lógico que el cineasta haya tenido que permitirse algunas licencias, e inventarse algunas sub-tramas, porque aún siendo la historia principal del profesor en busca del beatle apasionante por sí misma, posiblemente no daba para todo un largometraje. Los personajes de la chica embarazada y el joven que escapa de casa complementan la historia principal, y para mi gusto no le hacen perder fuerza, sino muy al contrario. De hecho, creo que si al salir del cine a cualquier le pregunta de qué va la película, raro sería que la contestación no fuese “de un profesor de ingles que quiere conocer a John Lennon”. Lo otro es auxiliar, pero ayuda a construir una historia algo más compleja.
Un acierto me parece también la banda sonora, las guitarras de Pat Metheny y el contrabajo de Charlie Haden encajan perfectamente con los paisajes desérticos, con esas carreteras por las que yo mismo he circulado cientos de veces, en el Seat 850 de mi padre, de diferente color que el de la película, pero que me resulta tan familiar como el nuestro.

Curioso también ha sido para mi ver las escenas rodadas en el Teatro Cervantes, que tantas veces he visitado como espectador, para ver cine o conciertos, - antes se usaba mucho para los espectáculos musicales – y en alguna ocasión hasta he pisado su escenario como músico. Sus pasillos, con esas moquetas rojas, que me parece estar oliendo, me traen muchos recuerdos, y siempre buenos, así que me agradó verlo inmortalizado en esta película. La película en sí tampoco creo que tenga grandes pretensiones: es ligera, y se deja ver con tranquilidad, sin sobresaltos. Javier Cámara es un actor que siempre me ha caído bien. No sé si es bueno o malo, pero a mí me transmite algo, y creo que entiende muy bien el personaje al que representa: alguien un poco fuera de época , no muy conforme con esa España en la que le tocó vivir, pero sin llegar a ser un revolucionario. Un tipo normal, buena gente. También que me gusta mucho el trabajo de Ramon Fontseré (conocido por ser un veterano miembro de Els Joglars), como ese camarero catalán perdido en un bar de la costa almeriense. Y me ha gustado sobre todo el poco abuso de lo melodramático, aún bordeándolo en ocasiones. No hablamos de esa típica película que intenta hacerte llorar a toda costa. Al contrario, en más de una ocasión te hace sonreír, y eso no es poca cosa en los tiempos que corren.

En definitiva, siempre es de agradecer que alguien cuente bonitas historias en el cine, y que no todo sean grandes producciones con espectaculares efectos especiales. Esta era una de esas historias que merecen ser contadas, y Trueba lo ha hecho lo mejor que ha podido o sabido. Por cierto, todo esta larga introducción era solo para decir sencillamente que la recomiendo. Eso si, id a verla con los ojos muy abiertos.