Presentación

Hasta ahora me habia dedicado a escribir sobre los conciertos a los que acudia. Alguna vez he sentido la necesidad de escribir, casi siempre sobre música, pero sin hacer referencia a ningun concierto, sino simplemente sobre lo que pienso o siento respecto a algunos temas y hoy me he dado cuenta de que lo que tenia que hacer era crear un nuevo blog para estas cuestiones.
Aqui iré dejando caer mis reflexiones, mas o menos serias - intentare que sean poco serias - sobre cualquier tema del que se me ocurra escribir, sea musical o no.

jueves, 30 de agosto de 2012

Refrescándome en Alaska


Refrescándome en Alaska. 

“Northern exposure”, o una obra de arte realizada para la televisión

En estos días finales de un agosto que se hace eterno, uno es consciente de que, pese a que septiembre está al caer, en esta sureña ciudad que le ha tocado en suerte aún queda calor para rato.

Los principales personajes de "Northern exposure"
Por eso se hace más necesario que nunca recurrir a todas las triquiñuelas posibles para el refresco del cuerpo y del espíritu. Respecto al cuerpo, me conformo con las duchas y el aire acondicionado, ya que inexplicablemente para un almeriense de pura cepa tiendo a despreciar la playa - que no el mar - pero para el espíritu la cosa es más complicada, pues a estas alturas del verano la mente comienza a estar ya bastante maltrecha, seguramente debida a las elevadas temperaturas que día tras día debe soportar nuestro cráneo, cosa que estoy seguro nos afecta al cerebro una barbaridad. Total, que a treinta de agosto está uno ya física y mentalmente agotado por este insoportable sopor. La lectura - sencilla, a ser posible, por los motivos anteriormente mencionados - ayuda a ratos, la música siempre, desde luego, pero las imágenes para mí en estos casos son fundamentales para refrescarme interiormente. Y es ahí donde aparece, o más bien tendría que decir re-aparece, una de mis series de TV favoritas, como si de un remedio recetado por un viejo "chamán" (que por cierto es el libro en el que también ando ocupado estos días). Me refiero a la tan celebrada serie de los 90 "Northern exposure", y  es que aquí alguno de ese equipo de "genios" que nuestro estado tiene contratados desde tiempos inmemoriales para traducir los títulos de todo lo que nos llega al reino, tuvo la feliz idea de denominarla con ese simplísimo "Doctor en Alaska".
Esa traducción tan estúpida parece inicialmente que podría ayudarme muchísimo a explicar el argumento de la serie: Si, lo habéis adivinado, gracias a ese traductor "iluminado": la serie, en principio, trata sobre las aventuras y desventuras de un médico en un remoto pueblo de Alaska. Hasta ahí, tendríamos que darle la razón al tontorrón que hizo la traducción, a la vista seguramente de su primer capítulo. Bueno, ¿qué estoy diciendo?...seguramente no llego a ver el primer capítulo completo, sino la introducción y los títulos de crédito, porque si hubiese ahondado solo un poquito más, se habría dado cuenta de que el título original tenía su sentido - ¡¡¡ como suele ocurrir siempre, zoquete traductor !!!! - ya que "Northern Exposure" parece ser la denominación que se da una especie de dolencia que suelen padecer los habitantes de esas remotas tierras en las que se ven sometidos a esos climas tan extremos, y donde en ciertas épocas del año se produce el fenómeno del "sol de medianoche", con varios días donde no se pone el sol.
La cuestión es que ese simple planteamiento de médico urbano obligado por un tiempo a ejercer en un pequeño pueblo perdido (y cuya mala copia española nos dio no hace mucho ese esperpento terrorífico llamado "Doctor Mateo") sirve como excusa para componer toda una galería de maravillosos personajes, con sus pequeñas historias personales, su fuerte personalidad, y todo ello mezclado con los maravillosos paisajes de ¿Alaska? (pues no, porque realmente se rodó en el estado de Washington, aunque los paisajes siguen siendo espectaculares en esa zona), y con una hermosa banda sonora.
Refrescante, efectivamente, desde su primer capítulo. Y yo precisamente recuerdo haber empezado a verla, desde algún capítulo intermedio, en otro caluroso verano de hace casi 20 años ya. Y me enganchó tanto en ese momento, como me está volviendo a enganchar ahora de nuevo, y me temo que cada vez que vuelva a verla.
Una característica imagen de su presentación

Como en muchas novelas, películas o series, ocurre que el personaje principal, el que sirve de excusa para dar comienzo a la acción, en breve pasa a ser secundario para dejar que te atrapen el resto de los personajes de su entorno. A quien no le ha ocurrido viendo la serie "Seinfeld", darse cuenta de que realmente está enamorado del personaje de Elaine, o del de George...o del inefable Kramer, y que realmente Jerry Seinfeld pasa en ocasiones a ser totalmente prescindible. Algo así ocurre con "Northern exposure". El doctor Fleishman es el personaje central, la persona sobre la que gira todo al principio, el "extraño", la "rara avis" en esa amalgama de personajes peculiares que pueblan el imaginario Cicely. Pero pronto uno se da cuenta de que el buen y joven doctor, un joven judío neoyorkino, urbanita donde los haya, neurótico (como todos los judíos neoyorkinos, claro, según Woody Allen) y eternamente cabreado por verse abocado a pasar sus mejores años como brillante y prometedor médico en ese pequeño rincón del mundo. Pues bien, el doctor Joel Fleishman es la punta del iceberg de toda una galería de personajes que nos harán reír, soñar, asombrarnos y hasta llorar, a veces, en ese pequeño y surrealista pueblecito del norte de los EEUU.
Todos tienen su historia, que se va dando a conocer poco a poco, pincelada a pincelada, capítulo a capítulo, para que no tengamos la tentación de saltarnos ninguno. Y todos son importantes, imprescindibles, como un engranaje perfecto sin el cual el pueblo no saldría adelante. Todos raros, pero todos tan humanos como cualquiera de nosotros. Porque acaso ¿no todos somos raros para los demás? ¿Qué es la rareza? No es sino la singularidad de cada uno lo que nos hace diferentes de los demás. La clave de una buena convivencia está en el respeto a las rarezas y peculiaridades de cada uno, y de eso realmente creo que trata la serie básicamente. De mostrarnos lo peculiar de cada una de estas personas, y de como casi siempre - lo ideal sería siempre, pero eso sería perfecto - son respetados por el resto, logrando así convivir y sobrevivir, que es de lo que se trata, lo mas felizmente posible.
Y así surgen esos maravillosos personajes, como la aviadora Maggie O´Connell, joven de fuerte personalidad que desde el primer día da la réplica - siempre con una tensión sexual latente - al Dr. Fleishman. Esa joven sobre la que pesa la "maldición O´Connell", motivada por el hecho de que todos sus novios siempre mueren por accidentes extraños, de los que ella, aún no teniendo nada que ver - siempre se siente algo responsable. La frescura de su interpretación, su carácter algo varonil en ocasiones y su belleza casi salvaje siempre me recordó a como debía de ser la Jorge de "Los cinco" de Enid Blyton si al crecer se hubiese trasladado al nuevo continente.
Por seguir, en orden de importancia - por su número de apariciones, porque como ya he dicho, para mi todos son importantes en este puzzle vital - el inmenso personaje de Maurice Minnifield, interpretado por un fantástico Barry Corbin (uno de esos secundarios de lujo del cine y la TV americana). El es el mandamás del pueblo. El terrateniente. El propietario de "casi todo", incluyendo la propia consulta del doctor, y el responsable de mantenerlo en el pueblo un año tras otro. Un personaje amado y odiado en alguna ocasión, que representa el genuino espíritu americano, el de los primeros colonos, los fundadores de cada una de las ciudades de la inmensa Norteamérica. Y eso es lo que él quiere hacer en Cicely, emulando a los conquistadores del lejano oesto: transformarla en una ciudad prospera y mas habitada, para lo cual no duda en "poner la carne en el asador" constantemente, ideando los mas absurdos y divertidos planes para lograr más prosperidad en la ciudad y , por supuesto, aportando sus dólares, ganados tras una exitosa carrera como astronauta de la NASA (nótese que casi siempre durante toda la serie lleva puesta la gorra con esas siglas, dejando claro orgullosamente cuál ha sido su anterior empresa). Con su eterno aire a "John Waine", está convencido de que tiene derecho a controlar todo cuanto pasa en el pueblo, a influir sobre sus habitantes, dictando sus propias normas, casi siempre rozando un comportamiento ultra-conservador. Aún así, siempre guarda un punto de respeto por todos, y en ocasiones da su brazo a torcer cuando se da cuenta de que le falta la razón. Los guionistas dejan traslucir que bajo esa chulesca gorra, y esa eterna cazadora de astronauta que intenta ocultar su cada vez mas incipiente barriga, se esconde un buen corazón que solo quiere lo mejor para su pueblo y para sus convecinos, aunque en ocasiones se extralimite “un pelín”.
Como en todos los pueblos del mundo, podría faltar un templo o iglesia pero lo que nunca falta es un bar. En este caso se trata del "Brick", regentado por otro importante personaje: Holling, un veterano descendiente de franceses, que lleva toda su vida dando tumbos por los bosques de Alaska, y que finalmente se ha establecido como empresario hostelero en el pueblo, y sienta cabeza con una chica muchísimo mas joven que el – la guapísima e ingenua, o no tanto, Shelly - , chica que por cierto le "birla" a su amigo Maurice, que fue quien la llevó al pueblo con la intención de casarse con ella. Este hecho hace que durante muchos capítulos ambos personajes no se hablen, aunque tienen que cruzarse constantemente en ese pequeño micro-universo que es Cicely, provocando infinidad de situaciones tan tensas como hilarantes.
La galería sigue y sigue, pero si tuviese que contar los pormenores de cada personaje, posiblemente en lugar de unas impresiones en mi blog, me saldría una novela, cosa que no tendría sentido, ya que seria estúpido escribir sobre unos personajes que ya están más que vivos en una obra como es esta. Los nombraré someramente, esperando dejar la suficiente curiosidad en quien lea esto como para que decida visionar esta joya:

Chris, el ex-convicto rehabilitado, que se encarga de la emisora de radio del pueblo, ejerciendo en ocasiones de improvisado narrador, mezclando su peculiar filosofía de la vida, con una estupenda música.
Ed, un joven nativo cuya principal ocupación es hacer de chico-para-todo a Maurice, pero cuya gran pasión es el cine (de hecho, en la ficción de la serie, Ed se cartea en ocasiones con conocidos directores como Allen, Scorsesse, etc, que le dan consejos para iniciar su futura carrera).
Ruth Anne, la anciana tendera siempre dispuesta a ayudar a cualquiera que se acerque por su pequeño colmado.
Y, cómo no, un personaje singular, que te atrapa, aunque a veces nos desespera a todos como al doctor Fleishman - desde el primer capítulo: la oronda nativa Marilyn, que ejerce de recepcionista en la consulta del doctor - con la frontal oposición inicial de este - y cuyos silencios y monosílabos hacen que poco a poco vayamos tomándole un cariño tan desmedido como su propia figura.
Por supuesto hay mas personajes, algunos secundarios y otros puntuales, que aparecen en determinados capítulos y desaparecen sin más, o vuelven a surgir más adelante, y que forman esa compleja tela de araña de relaciones inter-personales que conforma esta maravilla escrita para la televisión.
Todo este entramado de personajes - o más bien me gusta pensar en ellos como...personas -, con sus normales excentricidades, sus conversaciones que mezclan lo banal con lo cuasi-filosófico, se interconecta con una sucesión de maravillosos paisajes, y con una banda sonora sugerente - empezando por la propia sintonía principal de la serie, que ya nos deja cautivados desde el primer minuto - y siempre apropiada. Y si no me creéis, ved el ultimo capítulo de la temporada cuarta, donde una maravillosa canción de Enya acompaña a la inauguración de una estrambótica escultura luminosa realizada poco a poco por el excéntrico Chris. Una verdadera obra de arte de la televisión, sin lugar a dudas.
Me entristece muchas veces como muchos de mis amigos/as, cuando les hablo de estas maravillas me sueltan esa frase de "yo es que no veo series de TV". Claro, cuando alguien con un mínimo de cultura y sensibilidd enciende la televisión y se encuentra con cosas como "Aida", o con "Aqui no hay quien viva", es normal que rechace frontalmente ver una serie de televisión. Pero quedarse ahí es un error. Es como si lo primero que uno se lee fuese - por poner un ejemplo reciente y bien conocido - ese estúpido libro de las "Las 50 sombras de Grey", o literatura similar, y en lugar de seguir buscando algo para leer soltase ya siempre un tajante "yo es que no leo libros". Pues, amigo, te estás perdiendo millones de maravillosas novelas. Pues bien, reivindico desde aquí las buenas series, y la televisión en general. Otra de esas frases muy de moda últimamente es "yo es que no veo televisión". Si, quedas muy bien, es como muy "chic", muy "alternativo", muy super-mega-culto, pero...¿qué es la televisión?. Es un aparato rectangular que emite imágenes, no es más que eso. ¿Te gusta el cine?, pues amiguete...por ahí emiten películas, obras de arte indiscutibles, que lo son en una pantalla grande de un cine, pero lo siguen siendo en la ya no tan pequeña pantalla de nuestros actuales aparatos. ¿Te gusta la música? Ah, pues te aseguro que si sabes buscar, también a veces emiten muy buenos conciertos, ya que ni siempre podemos acudir a verlos en directo, que sería lo deseable. Llevo todo el verano disfrutando de estupendos conciertos de jazz de los festivales de Vitoria y de San Sebastian. Y los emiten por La 2. Eso sí, a altas horas de la madrugada, no sea que la cultura con mayúsculas llegue al pueblo llano, y nos dé por pensar a todos, que sería harto peligroso. Pero…¿para qué se ha inventado ese magnífico botón llamado “Timer” en nuestros aparatos de grabación caseros? Es cuestión de seleccionar, de no dejarse atrapar por la mierda que emiten en los horarios de máxima audiencia, de usar la tecnología en nuestro favor. Podemos grabar nuestros programas favoritos y verlos cuando nos plazca, y saltarnos fácilmente la publicidad. Así podríais ver maravillas como esta, como las antigua y maravillosa "Yo, Claudio", fenomenal adaptación de la novela de Graves, o como "Seinfeld", la mejor sit-com de todos los tiempos, como "Monk", esa inteligente serie de detectives, o como la reciente "Treme", que nos cuenta la tragedia del Katrina y New Orleans al ritmo de buen jazz.
Concretamente "Northern exposure" la estoy viendo gracias a que se consigue fácilmente por internet, y además no es ilegal, ya que es una serie varias veces emitida por distintas televisiones, y que cualquiera puede tener grabada y reproducir cuantas veces quiera.
Total, que gracias a eso mi final de verano se está "refrescando" enormemente. Y no solo por los maravillosos paisajes nevados que estoy disfrutando, ayudado, eso sí, por el aire acondicionado del salón de mi casa, sino por la cantidad de diálogos igualmente refrescantes, rayanos a veces en la filosofía, con ingenio e imaginación, y con una magnífica realización. Si alguno cree que no debe ver la televisión, pues peor para él. Pero si, lo reconozco, YO SI VEO LA TELEVISION, no me avergüenza decirlo, pero creo que no me domina, sino que yo la he domado para que sirva a mis intereses. No es tan difícil, os lo aseguro.

Por cierto, como complemento a mi comentario a esa estúpida traducción en nuestro pais del titulo de la serie, os recomiendo este blog, en el que tratan ese tema, con infinidad de ejemplos - sobre todo en peliculas -, y con un gran sentido del humor: http://www.taringa.net/posts/humor/1558422/Las-Peliculas-y-sus-Titulos-mal-Traducidos_.html

lunes, 13 de agosto de 2012

Que fue del british pop. Sobre la ceremonia de clausura de los JJOO de Londres

Que fue del British-Pop 
(o "Mis impresiones sobre la ceremonia de clausura de los JJOO de Londres 2012")

Andaba yo preguntándome esta mañana que habría pasado si anoche, 12 de agosto de 2012, hubiese sido el día elegido por esos tan esperados seres de otro planeta - extraterrestres, marcianos, "E.T´s" de esos mundos del señor - para recalar en nuestro planeta. Puestos a juguetear con la imaginación, me da también por pensar que esos supuestos seres, que siempre consideramos mas inteligentes que nosotros, deben conocer mucho antes que en nuestro planeta todos los adelantos técnicos, pero también los artísticos.
Y así como nosotros gustamos de deleitarnos con el arte de las antiguas civilizaciones, también ellos venían con la ilusión de degustar un poco de lo nuestro. Tras estar al acecho durante varios meses, e interceptar todas nuestras comunicaciones gracias a esos satélites que tenemos pululando por el espacio sideral, los hombrecitos verdes (tienen que ser de ese color y no de otro, tantos escritores y directores de cine no se van a equivocar) eligieron para su aterrizaje el dia en el que los terricolas celebraban una gran fiesta, cuyas lucecitas ya venían observando desde sus naves desde hacia quince días. Gracias a sus espías - pues claro que los tienen, estamos rodeados - ya estaban informados: se trataba de una ceremonia que clausuraba unas competiciones deportivas a nivel de todo el territorio terrícola, y justo se celebraban en una pequeña isla donde sus informes les revelaban había surgido entre los años 60 y 70 uno de los estilos artísticos mas interesantes: la música pop. Sus informadores les habían prometido que por fin iban a poder ver en directo eso que tanto había cautivado a los mas sensibles de su planeta artísticamente hablando, ya que al parecer dicha ceremonia iba a estar dedicada "en cuerpo y alma" a la música, pero especialmente a la música de ese islote, al que los terrícolas llaman "la Gran Bretaña" (otros la llamaban la pérfida Albión, pero ya hace tiempo que no se usa esa denominación, aunque a mi...me están dando ganas de recuperarla, tras lo que pude ver).
Pues bien, la nave que llegaba como avanzadilla se acercó lentamente, usando su tecnología de invisibilidad robada hace años a un pariente de Harry Potter, sin pagarle royalties - se posó sobre ese extraño ovalo luminoso, y los mas privilegiados hombrecillos verdes se arrepanchigaron en sus sofás intergalácticos, destaparon unas botellas de zumo de estrellas destilado y abrieron sus bolsas de panchitos (si...de eso seguro que hay en todas partes), y de dispusieron a disfrutar de ese espectáculo.
Un amigo mio científico - hay que tener amigos en todas partes - me ha dicho que sobre las 02:00 de la madrugada han podido interceptar algunos mensajes en un dialecto extraño desde un objeto no identificado que salia pitando de la atmósfera terrestre, y aunque no han podido dar una interpretación completa...las palabras "horterada", "casposo" así como la frase "y los Rollings donde estaban??" figuran entre lo descifrado con no poco esfuerzo.
No se si habrá pasado así, pero podría haber sido como lo cuento. Yo soy terrícola, y aún estoy aterrorizado.
Empecemos por el principio. Cuando se iba acercando el final de los JJOO comencé a oír por los medios que la ceremonia de clausura si que iba a ser verdaderamente una fiesta musical, una celebración de la música británica, del mejor pop y rock, hecho por los que mas saben de eso, por sus inventores.
Reconozco haber disfrutado a ratitos con los deportes pero, amigos, lo mio es la música, y si los JJOO de Londres me regalaban un gran concierto, con despliegue de medios y con buenos músicos en el escenario, un servidor no se lo iba a perder. A mi mente venían retazos de aquellos fantásticos conciertos de los 70 y 80 (los de Kampuchea, con los Wings, Who, Costello, etc, o los del "Live Aid" organizados por Bob Geldof, con la flor y nata del pop-rock ingles y americano), y con los que siendo un adolescente pude disfrutar viendo en directo a algunos de mis ídolos, por la pequeña pantallita de las teles de esa época, claro.
Así que, al igual que los extraterrestres en su nave, me recosté yo en mi sofá sobre las 22:00 horas, seguro de disfrutar de un buen espectáculo, y sobre todo para saborear buena música hecha en directo, que es lo que, como diría Manolito Gafotas, mas me gusta del mundo mundial.
Pero lo que ante mis ojos pasó anoche fue un verdadero bodrio populachero y vulgar, que a mi entender no refleja ni en un 1% lo maravilloso del tan llevado y traído "Britpop".
Tras el comienzo de una melosa cantante cuyo nombre no puedo recordar, y que creo que desafinaba bastante - seguramente no por su culpa, sino por una mala audición de su referencia respecto al pianista - el primer golpe impactante de la noche fue la aparición de Ray Davies. Virgen santísima. Cuando su perfil apareció en el coche que lo llevaba hasta el escenario, pensé que era Camilo Sexto maquillado para una película de Tim Burton. Joder, me asusté de verdad. Admiro un monton a Davies y a los Kinks (su disco "Lola versus powerman and the moneygoround" esta entre mis vinilos favoritos). Ademas, si la cosa se hubiese quedado en su aspecto, no tendría importancia. Al fin y al cabo le daba un airecillo a McCartney - al que tambien le ha dado por ponerse el pelo teñido de "henna" de esa, o como se diga, y su aspecto suele ser lamentable. El problema es que el hombre se ve que ya no está pa cantar, ni casi para nada.
Además, justo ahí me di cuenta de lo que iba a ser precisamente el mayor martirio de la noche: el sonido. ¿Cuantos millones de euros se invirtieron en la realización de ese evento?. Joder, ¿a nadie se le ocurrió comprobar como se escucharía en una televisión?. Penoso, penoso...y penoso elevado a la enésima potencia...y porque no hay mas. En casi toda la noche no fui capaz de distinguir unos instrumentos de otros. Sonido ambiente practicamente. Lamentable. A partir de ahí...todo fué cuesta abajo. Las "viejas glorias" se alternaron con las "nuevas promesas", y a cual mas cutre en su paso por semejante desatino de espectáculo. Por ahí deambularon los Pet Shop Boys - que jamas me gustaron, la verdad - , los Madness, con su english-ska, un macarra George Michael canturreando "Feedom", uno de los hermanos Gallager cantando Wonderwall (creo que Liam, es que no los distingo, me caen igual de antipaticos ambos), los Elbow - que en disco suenan bien, pero anoche...no se exactamente que cantaron - Annie Lenox - la rubia de Eurythmics, encaramada a un barco, una especie de super-grupo montado al efecto, con un pelirrojo desconocido para mi - y me temo que para casi todos - un Nick Mason que ya no puede con las baquetas y un Mike Rutherford impasible a la guitarra, para hacer un descafeinado "Wish you were here", etc.
Cada uno haciendo un "numerito" muy plastificado.
Referencias a los beatles si que las hubo, cada dos por tres, aunque bastante desafortunadas en su mayoria. Mucho mas me gustó la interpretación del "Hey Jude" de McCartney en la apertura, bien tocado por su banda, sin videos ni gilipoyeces. Eso es lo mas autentico y cercano que uno puede escuchar del espíritu "beatle". Puro rock en directo, como debe ser, y con buen sonido (mire vd. ese día si que sonaba bien).
Por cierto, referencias a los Rolling, al menos en lo que yo vi - que fué casi todo - nasti de plasti. ¿Que pasa? ¿que "sus satanicas majestades" siguen siendo "non gratos" para la clase media-alta britanica? ¿A estas alturas?. Pero vamos, si hasta en España hemos terminando aceptando a Ramoncín y llevandolo a todas las tertulias y dandole curro en la SGAE, y eso que en sus inicios se meaba en el público y les tiraba huevos Estos británicos son la leche.
Para colmo, y como para estar a la altura de las circunstancias, nuestros comentaristas se cubrieron de gloria en varias ocasiones, demostrando que seguian el guion que la organización les paso un ratito antes, y que en cuanto se despistaban...ya no sabian ni de quien hablaban, por no comentar su pronunciación en ingles. Un amigo me comentaba en directo "via Facebook" que con la crisis y tras la muerte de Uribarri, ya no les quedan expertos en musica en RTVE. Buenisima observacion. Seguro que no es así, pero...donde estaban anoche, ¿¿¿por favor???. Por mencionar dos perlas: mientras un tio con barbas - segun ellos una especie de Buenafuente britanico - cantaba "I´m the walrus", de los Beatles, una de las comentaristas se empeñaba en que ese era el tema principal de la pelicula "Charlie y la fabrica de chocolate", que era el que justo habia sonado antes. Vamos, que se habia saltado una linea..y estaba "pifiandola" con uno de los temas mas emblematicos del cuarteto de Liverpool. Tambien resultó que anoche nuestros comentaristas se empeñaron en hacer a los Bee Gees australianos de pura cepa. Toma ya. ¿que no sabeis consultar por lo menos la Wikipedia, criaturas?. Los Bee Gees son britanicos, aunque sus papás los llevasen de jovencitos a Australia, y comenzaran alli su carrera. Además, si no hubiesen sido ingleses...¿creeis que hubiesen incluido una canción suya en la bonita gala?.
A esas alturas estaba yo preguntandome que narices (por no decir otra parte de la anatomia mas contundente) hacia yo viendo semejante esperpento. Y ... como si estuviesen leyendome el pensamiento los realizadores de semejante ataque al buen gusto musical, me dispararon a "bocajarro" y aparecieron las "Spice girls", como si de las mas grandes figuras de la música britanica se tratase. Mi mente repasaba a cien por hora los genios musicales que Inglaterra ha dado al mundo, Beatles aparte (los Genesis, con Peter Gabriel a la cabeza, los Rollings, Clapton - que hay quien dice que es dios...y yo a veces casi me lo creo, Elton John, el maravilloso Bowie - que tuvo unos segundos en video - Jethro Tull, Yes, yo que se...si es que empiezo y no acabo. Pues bien, ahí estaban: las Spice girls, en su cochecitos, enseñando cachas que ya algunas ni conservan en buen estado.
Respiré profundamente y me prometí a mi mismo que en cuanto saliesen los prometidos Queen, me iba a la cama si o si. Y salieron. Bueno...digamos que salieron unos Queen-light, con un Brian May que sigue tocando bien la guitarra, como siempre, y con un gordinflas Roger Taylor a los tambores. Pare Vd. de contar. Y todo para hacer un "We will rock you" con una chica bastante buenorra que imagino ha salido del "Operacion Triunfo" a la inglesa y que no le llega a la suela del zapato a Freddie. ¡¡¡ Ahi es donde tenian que haber metido el video, por dios!!!.
Ya está. No se en que momento los extraterrestres se batieron en retirada, pero la mia fué ahí. No pude mas. Eso no era el pop britanico que yo conocia. Bueno, tampoco podria decirlo con mucha seguridad, porque el nefasto sonido me impidió saber si hubo algun momento brillante musicalmente hablando, aunque lo dudo.
Quizas uno de los únicos momentos medianamente digeribles de la noche fué la aparación de Eric Idle, mi Monty Pyton favorito, y su surrealista interpretación de la famosa canción "Always look on the bright side of life", de la banda sonora de "La vida de Brian". Por lo menos pude sonreir un ratito.
Imagino que la organización solo pudo contar con los artistas que se prestaron a este repelente show, y por tanto la gran mayoria de músicos britanicos con un pelin de dignidad dijeron que no. Y, ojo, no digo que los que estuviesen no la tengan, que respeto a muchos de los que actuaron anoche, pero desde luego ayer la perdieron un ratito casi todos. En los musicos perder la dignidad está a la orden del día, que nos lo digan a los que a veces tenemos que tocar "en la BBC", y en este caso los músicos que lean esto saben que no me refiero a la cadena británica precisamente. Asi que el que esté libre de pecado...que tire la primera nota. Bueno, seguro que los que dieron el "si" piensan que el imperio británico se lo agradecerá algun día, rebajandoles un pelín los impuestos, por ejemplo.
Despues me ha contado mi hija que al ratito salieron "The Who" a cerrar el show. Una de mis bandas favoritas. Creo que voy a pasar de buscarlo por la red para verlo. Despues de lo soportado anoche, hoy no tengo el cuerpo pa clausuras.